Por qué la mala salud intestinal puede afectar su forma de pensar


¿Sabías que una mala salud intestinal puede afectar tu salud mental y tu bienestar? Rosie Weston, terapeuta nutricional y CNM graduado explica.

La mala salud intestinal se manifiesta en una amplia variedad de síntomas que pueden no parecer relacionados, desde el mal aliento hasta las erupciones cutáneas, el cerebro nublado, el olvido y la confusión, e incluso los problemas respiratorios pueden tener un vínculo con los problemas intestinales. Los que serían reconocibles al instante serían hinchazón, eructos, diarrea o estreñimiento, gases con olor y / o frecuentes, acidez de estómago o alimentos no digeridos en las heces. Las intolerancias alimentarias pueden afectar el ritmo cardíaco: si come un alimento que no le sienta bien, su ritmo cardíaco puede aumentar (y mantenerse) hasta seis horas después de haberlo ingerido. Entonces, si te vas a la cama después de haber comido algo que no te sienta bien, es posible que te quedes despierto debido a la reacción que experimentas a la comida, sin saberlo.


La inflamación en el sistema digestivo puede ser causada por una variedad de factores como medicamentos, toxinas ambientales y patógenos. La investigación muestra que la inflamación intestinal está asociada con síntomas parecidos a la depresión y alteraciones neuropsicológicas. Los niveles elevados de endotoxinas bacterianas (toxinas que producen las bacterias que provocan una respuesta inmunitaria) pueden afectar el comportamiento y el estado de ánimo y, en particular, aumentar los niveles de ansiedad.

La mala digestión y asimilación de los alimentos puede reducir la absorción de nutrientes cruciales que el cuerpo necesita para ayudar a producir neurotransmisores. No solo eso, sino que hasta el 90 por ciento de la serotonina (nuestra 'hormona de la felicidad') se produce en el sistema digestivo y este proceso está controlado por bacterias intestinales.

Dieta y salud mental

Muchas personas comprenden la conexión entre una mala alimentación y una enfermedad física, pero una mala alimentación también tiene un efecto enorme en nuestra salud mental. Muchos de nuestros neurotransmisores están hechos de proteínas que deben provenir de la dieta. La serotonina, nuestro neurotransmisor de felicidad y bienestar, está hecha de triptófano (que se encuentra en nueces y semillas, queso, pavo, plátanos) y la dopamina, nuestro neurotransmisor del placer, está hecha de tirosina (que se encuentra en la carne de res, nueces y semillas). La investigación muestra que la falta de dichos nutrientes puede causar niveles más bajos de estos neurotransmisores, lo que resulta en un estado de ánimo bajo y agresión.

Existen numerosos estudios que describen los nutrientes beneficiosos que tienen sobre nuestra salud mental como el omega 3, las vitaminas B, el magnesio y el zinc. Incluirlos como parte de una dieta equilibrada contribuirá en gran medida a apoyar nuestra salud mental.


Otros factores a considerar incluyen alimentos que pueden afectar negativamente la salud mental; Los estimulantes que se sabe que provocan ansiedad y una dieta rica en alimentos azucarados y carbohidratos refinados pueden aumentar el riesgo de depresión.

Para mejorar su salud intestinal, coma una buena dieta orgánica, de temporada, con suerte de origen local y libre de toxinas, tómese un tiempo para relajarse y disfrutar de la vida (una buena 'carcajada'), mejore la higiene del sueño. Un entorno que propicie una vida saludable (libre de emisiones de CEM, mohos, toxinas químicas y aire contaminado) contribuye en gran medida a reparar y mantener una buena salud intestinal y cerebral.

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