Cinco formas de comer para combatir la grasa


Cambie su dieta para quemar más grasa y obtener el cuerpo delgado que siempre ha soñado sin seguir dietas complejas. Estos consejos prácticos le ayudarán ...

1. Mantente sano

Nada obstaculizará su progreso más que el exceso de alimentos procesados. Comer regularmente los carbohidratos y azúcares refinados que forman la base de la mayoría de los bocadillos procesados, productos horneados y comidas rápidas debilitará sus niveles de energía y provocará picos de azúcar en la sangre que almacenan grasa, lo que hará que sea mucho más difícil perder peso o tener un rendimiento óptimo. Cambie los alimentos procesados ​​por alternativas de alimentos integrales más indulgentes de forma natural. Por ejemplo, cambie las patatas fritas por nueces, el chocolate para untar por mantequilla de maní y el cereal para el desayuno por avena, todos los cuales tienen beneficios nutricionales adicionales.


2. Elija proteína

La proteína juega un papel crucial en la construcción de músculo, pero es fácil subestimar cuánto necesita para maximizar sus beneficios. La investigación sobre las demandas metabólicas de proteínas varía enormemente, y los estudios sugieren desde 0,8 g por kg de peso corporal hasta más de 2 g como pauta diaria.

Si desea mantener las cosas simples, intente comer una porción de 20-25 g de proteína, de las cuales buenas fuentes incluyen carne, pescado, lácteos y huevos, con cada comida, incluido el desayuno. Pero si tiene dificultades para lograrlo, agregar una porción adicional después del entrenamiento los días de entrenamiento puede ser una buena manera de ayudarlo a alcanzar su objetivo diario de proteínas.

3. Veg Out

Todas las frutas y verduras contienen nutrientes que mejoran la salud. Pero si bien el mantra de cinco al día es bueno para alentar a las personas a comer más productos frescos en general, si desea aprovechar al máximo su entrenamiento y apoyar sus esfuerzos para quemar grasa y desarrollar músculo, debe ser un mucho más específico sobre su ingesta.
Para empezar, trate de comer la mayor cantidad de verduras posible mientras reduce el consumo de fruta. Algunas frutas son muy ricas en fructosa, un tipo de azúcar que causa estragos en los niveles de azúcar en la sangre, lo que hace que sea mucho más probable que almacene grasa. Las verduras, por otro lado, no contienen fructosa pero son igualmente densas en nutrientes.

4. Concéntrese en las grasas buenas

'Comer alimentos grasos engorda' puede parecer una suposición lógica, pero es un poco más complicado que eso. Es cierto que a nueve calorías por gramo, la grasa tiene más calorías que los carbohidratos o las proteínas, que contienen cuatro cada una, pero la realidad es que ciertas grasas son una parte crucial de su dieta.


Las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas que se encuentran naturalmente en alimentos como el pescado azul, los frutos secos, las semillas, las aceitunas y el aceite de coco, por ejemplo, desempeñan un papel clave en el aumento del metabolismo, la mejora de la síntesis de hormonas y el aumento del colesterol HDL 'bueno'.

Tampoco se deje engañar por las opciones 'bajas en grasas'. La mayoría han sido altamente procesados ​​para eliminar la grasa y tienden a estar empaquetados con sal y azúcar para realzar su sabor.

5. No elimines todos los carbohidratos

Es probable que reducir drásticamente los carbohidratos lo deje cansado e incapaz de rendir al máximo. Demasiado en su dieta y su cuerpo eliminará el exceso en forma de grasa, lo que dificultará el cambio de peso. Si está buscando perder algo de peso, reduzca su ingesta a 1 o 2 porciones al día solamente y concéntrese en incluirlas antes y después del entrenamiento. Para el resto del día, base tus comidas en medio plato de verduras más un poco de verduras con almidón como calabaza, batata y mucha proteína.